Ignacio Cadena Beraud, mejor conocido como Nacho Cadena, nació en Hermosillo, Sonora. Desde una temprana edad, su inquietante personalidad lo llevó a interesarse por muchos temas, entre ellos la administración de empresas. Así, cursó estudios en esta área con la idea de hacer negocios en torno a la comida, que siempre ha sido su verdadero amor.
Con pausada prisa y sin miedo al ridículo: la poesía es un acto de valientes, y Nacho Cadena lo sabe, y lo asume con un toque suyo, un sazón íntimo que describe así en un poema: con mucha espontaneidad. Y remata con un toque de maestro del optimismo: Cada día es un tesoro. Con ejemplar sinceridad, la vida en la poesía de Nacho Cadena, llega hasta nosotros, más allá del bien y del mal, con pausada prisa, en blanco y negro. El autor pretende huir de las falsas coloraturas, del florilegio y el adorno. Descarnados, sus versos, sólidamente puros, verbalmente netos, no hay lugar para los eufemismos en un hombre de palabra clara; en él no caben los medios tonos. Todos los sentimientos humanos, como el blanco y el negro, se oponen, son diferentes, pero se complementan: sin negro, no hay blanco: sin amores no hay desamores, sin encuentros no hay desencuentros, sin recuerdos no hay olvidos...