Mutaciones: El I Ching reinterpretado en nuestra actualidad

Mutaciones: El I Ching reinterpretado en nuestra actualidad

12 Julio 2021
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Para el fotógrafo Teúl Moyrón Contreras, actualmente vivimos en una época en la que la desesperanza se propaga vertiginosamente. Enajenación global y ceguera colectiva en donde se permite sin reparos la mentira, la codicia, la impunidad y la soberbia. Por ello, él piensa en la luz de la utopía y la esperanza de que nosotros, como especie humana, recapacitemos y enmendemos nuestro rumbo con propuestas sustentables, incluyentes y propositivas.

De ahí surge Mutaciones, una obra visual abierta a los múltiples significados, que propone una reflexión libre y lúdica para alimentar la capacidad de admiración. El I Ching, o Libro de las mutaciones (el texto filosófico más arcaico de la humanidad) se vuelve el hilo conductor a lo largo de esta propuesta. Para que podamos comprender qué es el I Ching y su relación con esta obra fotográfica, qué mejor que recurrir a la descripción que hace Omar Gasca, prologuista, acerca de este milenario texto oracular chino:

Reducir el I Ching a una proposición fundamental o a una sola conformación, equivale a soslayar su integridad, a esquivar la totalidad de las interpretaciones posibles de su ser. Su significado no es fácil de aprehender, como escribiría Jung en el prólogo a la versión de Richard Wilhelm de 1948. El I Ching o Libro de las mutaciones es un dispositivo adivinatorio, pero también un libro moral, ético, filosófico y cosmogónico, además de un sistema susceptible de ser aplicado en otros usos, una suerte de tratado de retórica y quizás el antecedente más remoto, así sea indirecto, del lenguaje binario: línea continua, línea abierta, como base de sus 64 hexagramas. Consigna el principio del cambio y la relación de los opuestos, y aunque dicta o dictamina, más bien sugiere.

¿Cómo se relacionan en este oráculo lo creativo, lo receptivo, lo suscitativo, lo abismal, lo suave y lo adherente, por ejemplo? ¿Cómo se enlazan el cielo, la tierra, el trueno, el agua, la montaña o el viento o la madera o el fuego? ¿Cómo es que predice el futuro? Jung introduce el principio de sincronicidad, “un concepto que configura un punto de vista diametralmente opuesto al de causalidad.” Para el psiquiatra suizo, “la sincronicidad considera que la coincidencia de los hechos en el espacio y en el tiempo significa algo más que el mero azar, vale decir, una peculiar interdependencia de hechos objetivos, tanto entre sí como entre ellos y los estados subjetivos (psíquicos) del observador o los observadores. Para Teúl Moyrón Contreras, la palabra clave, entre otras, es esta que habla de la coincidencia de hechos o fenómenos en el tiempo: sincronicidad.

De este modo, Teúl Moyrón emplea como recurso diversas fotografías de paisaje esencialmente mexicano donde se incluyen monumentos prehispánicos. Posteriormente, las interviene para crear figuras simétricas bilateralmente, a modo de espejo, las cuales remiten al test de Rorschach, un conocido test de diagnóstico psicológico. A estas imágenes las asocia con los hexagramas, símbolos empleados en el I Ching para representar conceptos de carácter críptico tales como comunidad, abundancia, gracia, familia, liberación o desarrollo. Así, el autor describe a su obra como:

“(una) concatenación holística visual de México, sin palabras, articulada con post-fotografías, germinadas en la tierra del realismo mágico, abonadas por el surrealismo y sus seres incorpóreos e invisibles para nosotros, pero que siempre nos observan”.

Mutaciones es un libro que objetiva lo subjetivo y subjetiva lo objetivo, hace una metáfora de otra, y se abre a diversas lecturas, entre las cuales es ineludible una cuyo descriptor sería el asombro.

Consíguelo en este enlace.

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Para el fotógrafo Teúl Moyrón Contreras, actualmente vivimos en una época en la que la desesperanza se propaga vertiginosamente. Enajenación global y ceguera colectiva en donde se permite sin reparos la mentira, la codicia, la impunidad y la soberbia. Por ello, él piensa en la luz de la utopía y la esperanza de que nosotros, como especie humana, recapacitemos y enmendemos nuestro rumbo con propuestas sustentables, incluyentes y propositivas.

De ahí surge Mutaciones, una obra visual abierta a los múltiples significados, que propone una reflexión libre y lúdica para alimentar la capacidad de admiración. El I Ching, o Libro de las mutaciones (el texto filosófico más arcaico de la humanidad) se vuelve el hilo conductor a lo largo de esta propuesta. Para que podamos comprender qué es el I Ching y su relación con esta obra fotográfica, qué mejor que recurrir a la descripción que hace Omar Gasca, prologuista, acerca de este milenario texto oracular chino:

Reducir el I Ching a una proposición fundamental o a una sola conformación, equivale a soslayar su integridad, a esquivar la totalidad de las interpretaciones posibles de su ser. Su significado no es fácil de aprehender, como escribiría Jung en el prólogo a la versión de Richard Wilhelm de 1948. El I Ching o Libro de las mutaciones es un dispositivo adivinatorio, pero también un libro moral, ético, filosófico y cosmogónico, además de un sistema susceptible de ser aplicado en otros usos, una suerte de tratado de retórica y quizás el antecedente más remoto, así sea indirecto, del lenguaje binario: línea continua, línea abierta, como base de sus 64 hexagramas. Consigna el principio del cambio y la relación de los opuestos, y aunque dicta o dictamina, más bien sugiere.

¿Cómo se relacionan en este oráculo lo creativo, lo receptivo, lo suscitativo, lo abismal, lo suave y lo adherente, por ejemplo? ¿Cómo se enlazan el cielo, la tierra, el trueno, el agua, la montaña o el viento o la madera o el fuego? ¿Cómo es que predice el futuro? Jung introduce el principio de sincronicidad, “un concepto que configura un punto de vista diametralmente opuesto al de causalidad.” Para el psiquiatra suizo, “la sincronicidad considera que la coincidencia de los hechos en el espacio y en el tiempo significa algo más que el mero azar, vale decir, una peculiar interdependencia de hechos objetivos, tanto entre sí como entre ellos y los estados subjetivos (psíquicos) del observador o los observadores. Para Teúl Moyrón Contreras, la palabra clave, entre otras, es esta que habla de la coincidencia de hechos o fenómenos en el tiempo: sincronicidad.

De este modo, Teúl Moyrón emplea como recurso diversas fotografías de paisaje esencialmente mexicano donde se incluyen monumentos prehispánicos. Posteriormente, las interviene para crear figuras simétricas bilateralmente, a modo de espejo, las cuales remiten al test de Rorschach, un conocido test de diagnóstico psicológico. A estas imágenes las asocia con los hexagramas, símbolos empleados en el I Ching para representar conceptos de carácter críptico tales como comunidad, abundancia, gracia, familia, liberación o desarrollo. Así, el autor describe a su obra como:

“(una) concatenación holística visual de México, sin palabras, articulada con post-fotografías, germinadas en la tierra del realismo mágico, abonadas por el surrealismo y sus seres incorpóreos e invisibles para nosotros, pero que siempre nos observan”.

Mutaciones es un libro que objetiva lo subjetivo y subjetiva lo objetivo, hace una metáfora de otra, y se abre a diversas lecturas, entre las cuales es ineludible una cuyo descriptor sería el asombro.

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