Desde hace tiempo, la fuerza comunicativa de los memes, fugaz, anónima e instantánea, ha hecho que vaya perdiendo relevancia poco a poco la caricatura política. Las ventajas en la creación de un meme se contraponen a las de un monero, quien tiene que mirar, escuchar, leer, reflexionar y pensar, para dibujar un suceso a fin de que el lector lo vea muchas horas después. De ahí, el monero Chavo del Toro nos muestra cómo ha ido cambiando su forma de comunicar, en el contexto de una severa agitación política, económica y social en México durante el sexenio de Enrique Peña Nieto.