Jean-Jacques Rousseau (también conocido por la castellanización de su nombre como Juan Jacobo Rousseau)1 (Ginebra, 28 de junio de 1712 - Ermenonville, 2 de julio de 1778) fue un polímata suizo francófono. Fue a la vez escritor, pedagogo, filósofo, músico, botánico y naturalista, y aunque fue definido como un ilustrado, presentó profundas contradicciones que lo separaron de los principales representantes de la Ilustración, ganándose por ejemplo la feroz inquina de Voltaire y siendo considerado uno de los primeros escritores del prerromanticismo. Sus ideas imprimieron un giro copernicano a la pedagogía centrándola en la evolución natural del niño y en materias directas y prácticas, y sus ideas políticas influyeron en gran medida en la Revolución francesa y en el desarrollo de las teorías republicanas.
Juan Jacobo Rousseau consideraba que no era posible esperar justicia cuando el orden social se basaba en la desigualdad y que, para lograr la libertad, es necesario someterla a una regulación. Por lo tanto, justifica que es necesario el abandono de un estado de libertad natural en los ciudadanos a cambio de que el Estado asegure un orden y les garantice ciertos derechos. Las cláusulas de este contrato son constituidas por los mismos individuos, donde mientras más derechos, más deberes.