Es posible documentar en textos chinos cercanos al año 290 a. C. la preocupación por reformar a la sociedad a través de la educación y el desarrollo moral. Es en esa tradición filosófica donde podemos situar a Lao Tsé (uno de los más importantes filósofos de la antigua China) y a su obra conocida como Tao Te Ching. Este tratado abarca desde la espiritualidad individual hasta los preceptos para un buen gobierno, por lo que influyó fuertemente en el pensamiento chino.