Pensar en la gran ciudad de Guadalajara trae a la mente la imagen donde grandes y pequeños edificios dan paso a las actividades cotidianas del comercio, administración, educación, cultural y, por supuesto, de espacimiento; pensamos también en ir y venir de aquellas personas que de algún modo participan en la dinámica laboral y de tracción que en esta gran urbe impone, pero también llegan a nuestro pensamiento Las noches tapatías en el centro de la ciudad como un punto de encuentro para la convivencia, el esparcimiento y la distracción emocional.1940 marcó el inicio de un nuevo proceso en la historia de México, la modernidad llegaba al país y las principales ciudades experimentaban un crecimiento industrial que abrían las puertas del empleo, mientras el campo arrojaba un considerable número de campesinos a las ciudades buscando la subsistencia familiar, lo que generó un aumento demográfico en estos espacios, siendo las zonas populares las de mayor impacto.La construcción de nuevos barrios, fraccionamientos y colonias se acompañaron de grandes avenidas que dieron paso al uso habitual del automóvil y la incorporación de nuevas costumbres entre los tapatíos, tales como frecuentar espacios para la diversión y distracción cotidiana, especialmente aquellos donde se ofrecían bebidas alcohólicas, música y espectáculos, como fue le caso del cabaret que empezó a ganar clientes y pronto ofreció, además, empleos a los lugareños y subempleados a los recién llegados a la capital tapatía.
Celis, José Guillermo. Noches tapatías. 1.ª ed. Lagos de Moreno: Grupo editorial: Universidad de Guadalajara - Publicado en asociación con: Centro Universitario de los Lagos (CULagos). 2021. Libro no cosido / encuadernación arráfica. https://editorial.udg.mx/gpd-noches-tapatias-9786075712659-6255f670539ca.html